De la ambientación, lo primero que llama la atención, son las barras de mármol grisazulado, posee dos en paralelo. Debajo de las mismas, están ubicados elegantes percheros-ganchos, uno por cada asiento: combina comodidad (en Microcentro, los transeúntes, llevan portafolio o el bolso de la notebook) y un diseño que se ocupa estéticamente de los detalles. El mobiliario, en parte restaurado, pertenece a la década del 50´, en conjunto, es moderno y elegante, en el siglo XXI. La iluminación está en el punto justo, es cálida y no se aferra del recurso trillado de la penumbra, para subrayar el carácter gourmet de un establecimiento.
Es extenso el horario del bistró: se puede almorzar; tomar una copa después del trabajo; y por la noche, es un bar para los amantes de los tragos, los cócteles y las tapas, las mismas son invitación de la casa. El menú a la carta es cocina mediterránea y de autor. La minuciosa selección de los ingredientes, puede apreciarse al ingerir cada bocado: son adquiridas las materias primas en el día, las más frescas y apetitosas que ofrezca el mercado. El maestro de cocina es Leandro Leyell (el dueño): busca experimentar, y en el caso ofrecer tapas tradicionales, prepararlas con una rigurosidad científica.
La barra trabaja con bebidas de calidad Premium: Grey Goose, Captain Morgan, Absolut Vodka, Beefeater, Blue Ribon, Jagermeister, entre otras. El bartender, Cameron Spencer Gault, está al acecho de las preferencias de los clientes, servirá clásicos bien preparados y deleitará a aquellos que quieran experimentar. La innovación es una premisa fundamental, tanto en la barra como en la cocina, esa libertad no se aleja del buen diseño de una bebida o de una comida: en el arte culinario, las combinaciones no son al azar, tienen una necesidad de ser, hay una atracción magnética entre los ingredientes.
No es un lugar para conocer, si no para ir una vez y volver otras tantas: anímense a preguntar al bien predispuesto staff, Mauro Cabrera (el encargado) y Laura Ferro (la camarera) sobre lo que uno probó y qué otras cosas podríamos, comer y/o tomar, que seguramente sería de nuestro agrado. Si trabajamos en Microcentro, podemos acércanos, después del mediodía, en cualquier momento, después de leer ésta nota, por ejemplo. El espacio del lugar, puede parecerles reducido, sin embargo, los manjares, son plenamente apreciados en cantidades moderadas. Dill and Drinks es un bistró tan agradable como el olor del eneldo.
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