viernes, 13 de agosto de 2010

La vaca: composición.


"Adoro a este animal. Miren sus ojos primero, mientras desencaja las mandíbulas chorreantes de alfalfa. Después observen la trayectoria de la cola con forma de pincel, cómo ahuyenta las moscas a fuerza de latigazos. Su hocico desmesurado parece de dibujo animado; su nariz es húmeda, no se que textura tiene, prefiero no averiguarlo, si se ofende, su enojo son mas de 300 kilos.
Es tan gran mi amor por ella que la quiero viva, la quiero muerta. Nunca le hablé a una vaca, no creo que pueda, mi sinceridad la mataría, ademas no creo que sea un animal de charla interesante: tiene siete estómagos, come pasto. En cualquier disputa, le podría echar en cara: no me gusta como sabe tu cerebro.
Una vez corrí vacas cuando tenia 14 años en un camping en Areco, provincia de Bueno Aires, Argentina. No las podía alcanzar, solo les quería dar una patada, empujarlas. Me aburrían, quizás si les hacia daño y se morían, podían hacer milanesas con ellas. En ese entonces yo pesaba 65 kilos, como depredador mi masa era irrisoria.
Este animal, habitante de planicies, debería ser declarado sagrado como en la Hindia, en realidad, cuando cuando estamos en presencia de su carne, asada, nos comportamos como indios. Es omnipresente en nuestra cultura culinaria: en el bife a la plancha, en la hamburguesa de especial, en el lomito completo, en la carne al horno, en las milanesas...
La milanesa se merece una anécdota: en el año 2008 estuve viviendo en Grand Marais, Michigan, Estados Unidos. Hielo y nieve por todos lados en un pueblo diminuto, mi gran entretenimiento era conseguir alimentos y prepararlos. No era como ir a un supermercado oriental a la vuelta de mi casa. Tenia que caminar por la nieve 1 kilómetro, implacables vientos gélidos azotaban en el trayecto. Un día se me antojó como menú, milanesa. Se me ocurrió porque en la cabaña que estaba parando, había un recipiente gigantesco de rebozador, seguramente los huéspedes anteriores empanaban torso-colas de camarones. Tuve que comprar ademas de los ingredientes habituales, un cuchillo filoso, el mismo viajó a Buenos Aires conmigo, el mismo fue decapitado de mango por el uso, hace aproximadamente 7 meses. Fue una dicha incomensurable comer un sandwich de milanesa confeccionado por un argentino en Estado Unidos.
Es injusto que existan personas vegetarianas y no existan personas carnívoras (saludables), aquellas no les pasa nada si se la pasan ingiriendo hortalizas, legumbres y cereales , incluso pueden alardear la influencia que tienen en su carácter. Me exaspera, esto es un castigo divino, ¿divino el castigo, no? Si como carne todos los dias, el colesterol me hace piquetes* en las arterias.
Este inmenso animal tierno, nos da la manteca (en casi todas la composiciones aparecían sus derivados, enumerar los subproductos de la leche era el recurso más simplón, sin embargo, si los oriento desde una perspectiva gastronómica puede dejar de serlo), el primer uso que se le da a este manjar, es el glorioso pan con manteca y azúcar, uno puede soportar barros o grano pustulentes, es muy rico si no contamos con ingredientes para aplacar la necesidad de algo dulce. Se lo usa en la cocina como aporte de grasa a la comida; para evitar que se pegue la torta a la fuente... Insultamos mientras clavamos un cuchillo tramontina en los bordes, sangra migas la esponjosa y tibia masa.
La crema de leche es el derivado que mas venero, gracias a ese recipiente de forma de yogurt o a ese recipiente de cartón con la forma de la del jugo de naranja, puedo preparar casi cualquier salsa: el principio es muy simple, es semejante al proceso que realizaba Grenoville (El perfume: historia se un asesino. Me refiero al libro), usaba materia grasa para extraer la esencia, el aroma, de la carne de mujeres bellas y jóvenes. Empuñando la crema le saco la esencia al ajo, al puerro, al gengible, a la mostaza, a los camarones.

Recuerdo haber leído en un tratado de filosofía que le atribuía sensibilidad a las plantas, una sensibilidad comparada a las emociones humanas. Malditos vegetarianos, si tanto les importan los seres vivos, sólo tendrían que comer frutas y semillas, hacen sufrir a seres que ni siquiera pueden gritar cuando son asesinados.

*piquetes: Grupo, que pacífica o violentamente, intenta imponer o mantener una consigna de huelga.

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