jueves, 26 de agosto de 2010

Volar, sin gravedad

Hay una forma de volar, sin drogas ni vehículos de tecnología avanzada. Primero tenemos que ser concientes en un sueño ¿Cómo hacemos esto? Cuando estemos despiertos, tenemos que preguntarnos varias veces al día si realmente lo estamos; evitemos hacer comentarios de lo queremos hacer, a las personas de nuestro entorno: miremos nuestras manos, si estamos en el mundo onírico, tendrán un aspecto fantástico y desproporcionado, la piel y los huesos mutarán sutilmente de posición y de forma. Lleva un tiempo largo conseguirlo, este ejercicio lo tenemos que hacer con absoluta convicción, en un sueño si deseamos profundamente que algo pase, ocurre.
Una vez que podemos darnos cuenta cuando estamos soñando, debemos ser rápidos y audaces, no podemos estar mucho tiempo conscientes en ese estado, busquemos tirarnos de un lugar alto o preguntémosle a alguien del sueño donde podemos volar. Para estar completamente seguros que no estamos despiertos, y que vamos a cometer un acto suicida, agarremos cualquier objeto sólido, de metal o de piedra, y tratemos de deshacerlo con las manos. Hay otra forma de volar, partiendo desde el suelo, es muy complicada realizarla, podemos correr y pegar un salto, o despegar de donde estemos parados, esa es la técnica más avanzada. No vamos a poder volar durante mucho tiempo o muy alto, pero esa sensación de volar es inefable, y mucho más placentera que la sensación, por ejemplo, de saltar en paracaidas.

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